miércoles, 8 de marzo de 2023

LA MEDITACIÓN ES UNA FORMA DE RESPUESTA





…(reconocernos frágiles, humanamente frágiles)

nos redime y nos purifica.



En cada uno de nosotros existe un mundo interior que va más allá del campo psicológico. Más allá de la química del cuerpo y más allá de los sentimientos y de los pensamientos. Un mudo al que llamamos “mundo interior”.

Los amigos, los médicos, los filósofos y los terapeutas, incluso la religión pueden ayudarnos mucho en muchas áreas esenciales de la vida, pero hay un campo en el que nadie puede ayudarnos: el campo de ese mundo interior. Y hay una dimensión de nuestro mundo interior que es a la que accedemos cuando meditamos: la meditación es una forma de respuesta.

Al meditar estamos respondiendo a la vida desde la ética de un espacio en nosotros donde el engaño no puede entrar: bien sabemos qué es eso que nos habita en ese lugar, y que no podemos disfrazar ni maquillar. Al meditar respondemos desde una sinceridad absoluta que no sólo responde sino que identifica las verdaderas preguntas que la vida va haciéndonos. Al meditar, nos abrimos a nuestra fragilidad y podemos ver que la no-ética y la no-sinceridad no son más que unas estrategias con las que pretendemos cubrir nuestra fragilidad esencial y esto (reconocernos frágiles, humanamente frágiles) nos redime y nos purifica.

Por eso la meditación es imprescindible para evolucionar hacia nuestra humanidad, porque vamos respondiendo a través de la redención que la meditación nos regala. Vamos respondiendo, sintiéndonos “perdonados” ,de aquella no-ética y aquella no-sinceridad con que quizás intentamos cubrir nuestra fragilidad.

Cuando meditamos entonces, obtenemos una nueva forma de redención: la redención que se expresa al purificar nuestros actos, al responder desde la ética de mostrarnos tal cual somos y desde la sinceridad de no pretender “acomodarnos” a cualquier costo, entonces caminamos hacia nuestra humanidad, pues lo otro, aunque se ajuste al mundo y a lo que se espera de nosotros, aunque vaya de la mano del ego ideal y del ideal del ego, no es lo que somos cada uno de nosotros como personas, y por tanto nos aleja de aquella humanidad que añoramos construir.




Puedo pedir perdón.

Voy aprendiendo a pedir perdón

y voy sintiéndome perdonado en la medida que aprendo a perdonar.

Que la práctica me lo recuerde, me anime y me sostenga.

Que pueda comenzar de nuevo cada vez











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